Hoy de repente se me vino una frase a la cabeza: Atandé Silvuplé. Así como lo escribo.
Esta frase estaba escrita en un papelito pegado en la heladera de un señor francés. A esta casa llamaban mucho desde Francia, y las chicas que trabajaban ayudando con la limpieza y los chicos, tenían que poder atender y pasar el teléfono al señor o su esposa, dando casi la idea de que en esa casa todos hablaban francés.
A mi me encantaba ver cuando sonaba el teléfono, una atendía y de repente la miraba cómplice a la otra que entre risas iba rápido a la heladera a buscar el machete.
Atandé silvuplé. Y aunque insistieran desde el otro lado en dar charla, siempre recibían esa misma respuesta, hasta que algún francés atendiera el teléfono.
Attendez s'il vous plaît. Merci.