De qué se trata este blog?

Eventos de mi vida cotidiana. Gente, fotos, cosas que ví, situaciones que viví, colores que se me grabaron, músicas, palabras.





domingo, 27 de julio de 2025

11 años después, volví.

 Acá volví, 11 años, 4 meses y 3 días después de mi última entrada en este blog. Hoy ya nadie escribe en un blog, me asombró que este link siguiera activo. Estamos en época de inteligencia artificial, chat GPT, redes sociales donde se comparten puras fotos y videos cortos. Pero me divierte escribir por acá.

Ayer me llegó un aviso de concurso literario del CASI, el club del que somos socios acá cerca de casa. Era para presentar un cuento corto o un microrrelato con tiempo hasta fines de septiembre. Te presentás con un seudónimo, eso fue lo que me envalentonó. Y pensé, si aprendo a escribir un cuento? tengo dos meses. Tan mío lo de aprender algo nuevo, cómo me divierte. Y en esta búsqueda de un curso para escribir pensé, yo tenía un blog...ahí investigando llegué a este link. 

Desde la última vez que escribí pasaron muchas cosas. 

Me enamoré de Ale, al que conocí por Tinder hace hoy exactamente 7 años.

El ya tenía una hija chiquita, Sofi. Fuimos armando una familia ensamblada.

Llegó la pandemia en 2020 y casi el mismo día del encierro nos enterábamos que llegaba Antonio a nuestras vidas.

Dejé el departamento de soltera que tanto describí en este blog y pasamos a vivir en un departamento más serio en zona norte.

Cuando leo las últimas entradas al blog, me impresiona lo distinta que es mi vida hoy pero también cuánto se mantiene. 

Ya casi no ando en transporte público, no charlo con choferes de ómnibus ni taxistas (cada tanto con algún uber), no me paso horas haciendo experimentos en un supermercado ni camino sin rumbo. No charlo tanto con extraños en la calle, ando como más apurada. Mis horas se fueron llenando de niños, juguetes en el piso, hojas y fibras en restaurantes, ordená -lavate los dientes - dale vestite - subite al auto - apaguen la tele - sin pelear - desarmen la choza...

Pero mi curiosidad sí se mantiene intacta. Y mis ganas de aprender cosas nuevas. Ahora lo tengo a Antonio, que aprende todo desde cero y amo ver esos procesos, soy su fan.

Esta entrada es un inicio. Desconozco si será la única o si contaré por acá mis nuevas cotidianeidades, con hijo, familia ensamblada y vida más adulta. Aunque claramente tampoco tan adulta porque hasta ahora nunca tuvimos mesa de comedor, para que los niños tuvieran lugar para jugar en el piso del living.

Esta semana llega la mesa de comedor, después de 5 años de vivir acá. Será señal de que me convertí en adulta?





martes, 25 de marzo de 2014

Murciélago porteño

Hoy llegué a las 6:30am desde Córdoba en ómnibus y en el pasillo de mi departamento un murciélago rebotaba entre mi puerta y la del frente. Me acosté en el piso y empecé a arrastrarme para llegar a la puerta, con la cartera me tapaba el pelo (que nunca se te enganche un murciélago en el pelo, me decían). Mientras tanto pensaba, este bicho no me da tiempo a pararme, poner la llave y abrir sin que también entre él a mi casa. Deben haber sido 5 minutos, pero eternos. Por suerte de tanto volar por el pasillo en una de esas encontró una salida por una ventana. Me paré rápido, me reí un poco de mí misma, abrí la puerta y entré sola. Qué ironía, tres días de puro campo y en plena capital porteña me enfrento a la naturaleza.

sábado, 21 de julio de 2012

Vivir en otro idioma


Si uno pudiera vivir la vida según su nivel de conocimiento de un nuevo idioma, la vida sería tan fácil!! Viviríamos en el presente simple, nada de pasados ni futuros (ni hablar de pluscuamperfectos). Usaríamos sólo los verbos regulares, sin verbos complicados ni preposiciones. Todo sería muy real, sin ironías, sin condicionales.


Esta es mi vida en un nuevo idioma, espero poder aplicarlo algún martes cualquiera:


A la mañana desayuno café, tostadas y miel. Nunca desayuno fruta. Después leo el diario. A veces escucho ópera.
Al medio día almuerzo pollo o pizza. También me gusta almorzar ensalada, porque soy deportista. 
Después paseo. A la tarde trabajo mucho. Me gustaría trabajar poco.
A la noche hablo por teléfono.
Los fines de semana descanso mucho, paseo mucho y pienso poco.


Me encanta eso de leer el diario. Pensar que en español tomo un café apurada y salgo corriendo...

sábado, 17 de marzo de 2012

Sushi en la calle

Ayer fue un día especial, el viernes que necesitaba para cerrar la semana. Con el tiempo creo que nos va quedando más claro cuáles programas disfrutamos, cuáles forzamos un poco porque hay que hacerlos, y cuáles nos aburren horrores y los podemos esquivar. Y últimamente, los esquivo!

Mi amigo Seba me había dicho, viernes noche de rollers en Puerto Madero. Perfecto! ya arrancamos bien. Partí con mis calzas en una mochila, me cambié en el baño de uno de tantos restaurantes que hay.

Llegó Seba, patinamos por todos lados, se hizo de noche, puras luces, gente de gala (alguna gente ridículamente vestida, de más!) gente con champagne en un barco, se empezó a comer en los restaurantes, todos impecablemente vestidos. Yo de calzas y pelo suelto (quise comprar una gomita pero con patines mi acceso estaba restringido a los negocios).

Hora de comer...tenía la idea fija de Sushi. Pedimos sushi acá en el aire! nadie nos lo puede prohibir. A ver dirección, donde dejamos el auto estacionado: Juana Manso 1181, 2º B (nada de explicar que no tenemos casa fija, olvidate de recibir el pedido). Entre qué calles, pregunta la chica sushi. Parto patinando a la esquina: Azucena Villaflor! En 50 minutos está su pedido. Disculpá, nos anda mal el portero, nos llamás cuando llegue el repartidor?

Partimos a comprar cervezas, unas importadas para probar. Al ratito llega nuestro pedido 2º B? Si! A ubicarnos. Creo que en ningún restaurante hubiéramos tenido esa vista: un banquito en pleno puerto madero. Con el río y las luces encima.

Y ahí pensaba, vos acá me das mesa, silla, plato, flor en la mesa, música ambiente, mozo que me pregunte qué quiero, carta para leer y pensar , yo toda vestida (o sea que no vendría de patinar toda la noche, vendría de casa, bañada) y no hay chances que sea más feliz que ahora, con mi ropa cómoda, mirando el río, tomando cerveza del pico y comiendo 17 piezas de sushi!

Tenemos que aprender a escucharnos. Los programas no son fijos, se inventan. O tenemos que tener más amigos como Seba, capaz es eso.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Del aire y la ocupación de asientos facultativos

Disculpá, sabés por dónde para el 107? El tipo me mira y me hace un gesto de círculos con la mano, como delimitando el aire: por ahí, en la esquina. Yo ya conocía este gesto, aunque en Capital Federal todavía no lo había visto nunca. Es el gesto de: para ahí, no está el cartelito pero todo el mundo sabe que es ahí, y efectivamente para. Y era verdad, frenó.

Mientras miraba el gesto de repente me vino un flash de la facultad. Aula H o I, ya todos los asientos ocupados, la gente que se empieza a sentar en el piso, otros se asoman por la ventana. Y querés guardar un lugar, pero como ya no hay asientos, solamente podés guardar aire. Entonces viene alguien y se para al lado tuyo y le decís, mirá disculpá, pero está ocupado. Con el gesto delimitando aire (en realidad es como que ocupabas una mínima porción de piso con su aire correspondiente). Y probablemente esa persona ni se asombraba y se iba, tan simple como que estaba ocupado.

Con estas imágenes en la mente de repente me acordé cómo era cuando llegabas más temprano y sí había asientos. Empezabas a poner útiles ocupadores. Nunca estaba bien definido cuál era el límite: cuaderno iba, cartuchera iba, libro era el mejor...pero de ahí en más, una lapicera? hojas cortadas de un cuaderno? folleto de Franja Morada? ese último era sabido que no tenía valor ocupador, pero la ilusión nunca se perdía, lo ponías igual. Si lo respetaban, buenísimo, tu amiga se sentaba cerca. Si no, ya sabíamos que sonaba a gilada.