De qué se trata este blog?

Eventos de mi vida cotidiana. Gente, fotos, cosas que ví, situaciones que viví, colores que se me grabaron, músicas, palabras.





miércoles, 24 de noviembre de 2010

Una hijita en cada mano

Una imagen super linda ayer a la tarde. Yo iba caminando atrás de un chico, de unos 35 años, que tenía una hijita agarrada de cada mano. Las dos con unos vestiditos tipo solera, con voladitos abajo, muy parecidos pero de distintos colores. Una con violetas, azules y blancos y la otra con rojos, naranjas y amarillos. Se llevaban como máximo un año y medio, un poco pelirrojas, pelo cortito.

Ahí iban los tres, caminando, ellas agarradas bien fuerte, cada una de una mano.

Para ellas cada una andaba sola con su papá. Al tener una mano, y un oído de su lado, cada una se sentía con derecho de ir charlándole sobre sus cosas. Iban hablando fuerte, contandole una historia del colegio, algo que había pasado, al mismo tiempo y sin escucharse entre ellas. De repente una empezó a enseñarle una canción, algo sobre aprender a jugar (pero no era la conocida).

El papá claramente estaba cansadísimo, de camisa recién llegado del trabajo, con una mochila pesada que parecía tener una laptop. Yo tenía que averiguar si estaba tan feliz como yo con esa escena, así que apuré el paso y me frené al lado de ellos en el semáforo. Y sí, se lo notaba feliz. Mucho más que yo, porque esas eran sus hijitas.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Vuelta al mundo en una tarde

Arrancamos desde Buenos Aires directo a Los Ángeles. Ahí estuvimos un tiempo y partimos a Ginebra. Hablamos con gente de todo el mundo, paseamos por Francia e Italia y volvimos a Estados Unidos, esta vez a New York. Fuimos al MOMA, nos perdimos por varias calles, vimos un tipo tocando el piano en el medio de un lugar super verde.

Seguimos para China, hicimos un breve stop, regateamos unos zapatos en Pingyao y volvimos a Sudamérica. Pasamos por Rio de Janeiro unos días, subimos a Maceió y volamos directo a Uruguay. Nos sentamos en un bar de la Paloma a escucharlo a Drexler en vivo, de ahí directo a Punta del Diablo. Nos quedamos unos días, unos sacaban fotos, otros aprendían baile de salón.

Cuando era hora nos tomamos un vuelo a Bolivia, La Paz. Alguno se peleó con un novio, otro enfrentó un miedo. Cada uno decidía cómo viajar. Fuimos a un parque de diversiones pero dos no nos subimos a la montaña rusa. Miramos el cielo en La Paz y vimos el caos fantástico de cables. Seguimos a Macchu Pichu, unos lo hicieron en 5 días, otros hicieron el tramo más corto. Nos llovió pero la cámara aguantaba abajo de la lluvia.

Ya era hora de ir volviendo, así que pasamos por La Plata, salimos a andar en rollers con un grupo de gente desconocida y la pasamos increíble. Comimos super sano, hicimos abdominales todas las mañanas, escuchamos música electrónica y algunas cocinaron rico para el novio. Ya de vuelta frenamos en Balcarce, uno aprovechó para hacer capoeira mientras otra bailaba una chacarera. Nos quedamos sin nafta dos veces en el camino.

Se iba acabando la tarde así que volvimos a Buenos Aires, al Rosedal, recargamos agua caliente en un puestito y seguimos tomando mates. Hasta que los mosquitos nos ganaron y se nos acabaron las galletitas de azúcar negra derretida por el calor. El costo total del viaje: dos paquetes de galletitas, dos termos de agua caliente y yerba. Lo vamos a repetir, nos salió bastante barato!

sábado, 20 de noviembre de 2010

Sueño 1: Asociación Internacional de Mochileros

Mis sueños por lo general tienen un nivel de precisión increíble. No sé si todo el mundo sueña igual, pero sé que los míos, las veces que me los acuerdo cuando me despierto, no puedo creer que tengan tanto nivel de detalle.

Justo hoy me desperté y me acordé de un sueño: Era una Asociación Internacional de Mochileros. Que se reunían en la ciudad en que estaba yo (que no sé cuál era) para de ahí partir cada uno a su destino.

Yo pasaba caminando y estaban todos sentados. Y todos tenían un buzo de la asociación, que venía en 4 o 5 colores: naranja, violeta, verde y azul. El fondo era clarito y tenía estampada unas letras como góticas por todo el buzo en el mismo color en tono oscuro. Con cierre y capucha. No sé por qué tanto énfasis en el buzo, pero mi sueño le daba énfasis. Porque yo caminaba y veía miles de cientos de personas con este buzo, charlando entre sí. Y todos con el buzo bien bien cerradito hasta arriba.

Cuestión que en esta asociación (que me contaba alguien con quien yo iba caminando) como que les "enseñaban" a ser mochileros. Les pasaban powerpoints explicando cómo armar la mochila, qué llevar, y le daban a cada uno un recorrido ya establecido, a qué ciudades iban a ir. En definitiva eran todos bastante nerds, no había obviamente ningún mochilero de alma!

Y quien iba caminando conmigo me decía, wow esto es para vos, por qué no te metés? yoooo? me muero antes de que me digan qué llevar y me digan a DONDE ir!!! jaja a mi dejame viajar solita sin Asociación. Mientras caminábamos escuché unos chilenos y unos españoles, que mi sueño imitó de manera asustantemente perfecta.

Cuando llegamos a mi casa, había dos chicos que no conocía. Y uno estaba sentado en la cama con MI mochila naranja y azul, que compré en 1999 en Barcelona y me acompañó a todos lados. Perdón?? ahhh, me explica alguien en común, ellos son de la asociación y están por viajar. Sí, esa parte la entiendo, pero la de agarrar mi mochila sin permiso??

Cuando me desperté me di cuenta que antes de acostarme había estado chequeando Couch Curfing y Homeexchange, obvio que mis sueños son una consecuencia de lo que busco! pero esta asociación me salió bastante gila, espero soñar con una mejor algún día y poder proponerla!!

viernes, 19 de noviembre de 2010

A 30 años, 6 meses y 19 días de vida

Nunca, en 30 años, pero nunca, supe cuántas calorías comía por día. Y menos cuántas debería comer. Ni qué son los carbohidratos, qué debería mezclar con qué, cuánto engorda una aceituna, cuán light es lo light...nada de nada, siempre como que caminé por un mundo paralelo sin entender mucho del tema.

A lo largo de mi vida subí 5kg en un país de Europa y en otro momento bajé 5kg en Asia. Osea que oscilé en 10 kg en total, pero fueron períodos bastante cortos. El tiempo restante, me mantuve igual. De hecho tengo un jean desde los 16 años, que me entra perfecto (lo uso para pintar, pero no cuadros, cosas) que es mi varita medidora.

Y la cuestión es que hoy, a 30 años, 6 meses y 19 días de vida me puse un jean como cualquier otro día y me entró de casualidad. Y me asusté. Qué se hace en estos casos? por qué nunca escuché las mil charlas sobre los carbohidratos? En serio, me anulé. Serán 2kg de más capaz, o 1kg, ni idea, pero tengo que actuar! y además con el paso de los años cada vez va a ser peor, así que mejor ir aprendiendo!

Así que mientras escribo esto estoy cuidando unas rodajas de calabaza que estoy hirviendo para hacer un puré. NI IDEA si engorda o no, pero es verdura así que calculo que no. Y lo voy a comer sólo, es viernes a la noche pero me toca dieta!

lunes, 15 de noviembre de 2010

Viajar sin pasaje

Mucha gente relaciona viajar con tomarse un avión, ómnibus, algo, e irse lejos. Obvio que es una de las formas, pero no la única. La gente dice ahhh si yo hubiera podido viajar, pasar un tiempo afuera, pero ya de chica empecé a trabajar, y la facu, mi novio, bueno ya me casé, y pasó. Pero me hubiera encantado viajar así como vos!

Los que me conocen dirán que no soy quién para decir que no hace falta trasladarse para viajar. Sí si, sé que soy una viajera trasladada, que chequeo siempre las páginas de vuelos, que siempre tengo un destino en mente por las dudas alguien me diga: ya, armá tu valija, vamos al aeropuerto y te subís a un avión. Cualquier destino, elegí (mi sueño hecho realidad). Así que siempre estoy lista!

Pero capaz lo que no saben es que yo viajo mucho "sin pasaje". Yo viajo donde sea que esté, mirando y acercándome a la gente. Viajo muchísimo acá en Buenos Aires, cambiando de calles cuando vuelvo de trabajar, enterándome las novedades que cuentan los kioskeros, los taxistas y los que venden flores. Y muy importante, mirando para arriba. Cuando mirás para arriba las ciudades sorprenden.

Mi otra forma de viajar sin trasladarme, es metiéndome en otros mundos. Creo que eso explica las mil actividades que hice en mi vida. Me pueden tildar de inconstante, pero yo puedo decir que lo que tengo es una curiosidad constante. No quiero ser experta en ningún idioma, en ningún deporte, en ningún arte. Quiero formar parte, aunque sea por un tiempo, de estos grupos que se juntan con un fin bien claro. Hoy en día sigo en contacto con gente increíble, que fui conociendo en teatro, alemán, aikido, francés, fotografía, chino, karate, portugués, entre otros.

Y si me traslado y estoy lejos, igualmente ahí viajo. Vendría a ser un sub-viaje, como una sub-categoría de mi viaje. Porque no me quedo con lo que me cuenta la Lonely Planet, a mi me gusta perderme, me gusta terminar donde no planeaba, que me agarre hambre cerca de un mercadito central o ver un partido de lo que sea que estén viendo los locales en un bar, eligiendo en ese instante para quien hinchar.

Para mí el viajar está muy ligado a la curiosidad por el mundo. Se tiene o no se tiene, estando en Buenos Aires o Pekín.



Foto: San Telmo, mirando para arriba.

martes, 2 de noviembre de 2010

Mi ferretero no vendedor

El ferretero a dos cuadras de casa. Japonés, aunque todos insistan en decirle "el chinito ferretero" (cosa que según comentarios de mi portero le molesta horrores).

Este buen hombre dedica horas de su tiempo a entender realmente cuál es el problema del cliente, qué tornillo necesita, cuánto peso va a tener el perchero, qué mecha realmente va a usar, cuántos metros necesita, pero en serio, cuántos?? No te quiere vender de más, no te quiere vender errado, casi que diría que no te vende.

En dos días me quedó súper claro su estilo de no venta. Que es buen tipo, ni dudas.

Primero fui a buscar un tornillo para la manijita de un ropero. Partí con la manijita en la cartera, ya sé las mil preguntas que me van a hacer y no sé responderlas, así que llevo todo lo posible. A ver, qué tipo de ropero? ahjá. Pero, cuán gruesa la puerta? ahjá. Bueno, opciones: y empieza a desplegar tornillos, roscas, tuercas...una explicación súper interesante y larga. Ya cuando estábamos mirando el segundo producto, un tornillito ínfimo para la cerradura (que no llevé), tratando de decidirnos entre dos, él a la par mía mirando, pensando...le digo, disculpá, cuánto salen los tornillos? $0,05 cada uno. Ahhh (no me quise reír, nada de subestimar el tornillo) me llevo los dos! Me miró como diciendo: derrochadora. Pero bueno, hice caso omiso y partí con mis dos tornillos. Esa vez estuvo bien, porque al menos me vendió. Pagué $0,20 después de media hora de sus sabidurías y análisis.

Me lo encuentro al portero y le digo, estuve en lo del ferretero, ya tengo lo de la puerta...uuuuu el chinito, es buen tipo, pero no te vende! el otro día fui a comprar una soga y cuando le dije para lo que era y la cantidad que quería no hubo forma, decía que me iba a sobrar. Así que no logré comprar.

Volví esa tarde, ya queriendo entenderlo a mi ferretero. Entro y había una señora mayor, de collar de perlas, labios pintados, bastón y sweater rojo, acompañada de una señora que la ayudaba. Claramente era el Programa de esta señora, lo tenía planeado desde hacía días: comprar la felpita para abajo de los muebles. Le empieza a explicar lo que quiere, señalando los stickers felpita en el mostrador, redondos, cuadrados, pedazos grandes, de todo. Y mi ferretero se apoya en el mostrador, se acerca y le dice, señora, sabe lo que le conviene?? va y se compra una alfombra, de esas de Bienvenido, la corta y la pone abajo de los muebles, tipo patines. Ni hace falta pegarla, córtelas grandecitas y punto. La señora lo miraba...pero y ésto? nooo, le conviene lo que le digo. A ver, la señora quería una solución, la tenía ahí al frente y este demasiado buen hombre la despachó!! Además claramente sus muebles eran franceses y nada de que se vea la alfombrita de Bienvenido. Iba a interceder, pero estoy aprendiendo a no hacerme cargo (me costó igual).

Me toca mi turno y de nuevo, horas de análisis de mi caso, que cuánto peso va a tener el perchero, pero cómo es, de qué madera, para carteras? o abrigos, todo? Finalmente encuentro lo mío, agradezco porque me lo quiere vender, le pago los $0,30 totales y justo atrás mío entra un chico. Hola! busco una mecha de 6...No, le dice el ferretero, sólo me quedaron las más caras! Ahí no pude evitarlo, además quería intentar robarle una sonrisa al japonés, así que mientras salía le dije Vendaleee vendaleee lo más caro, hay que vender!! El chico claramente sabía de la patología del vendedor y me miró con complicidad. Y mi ferretero sonrió.