Muy concentrada hablando con mi amiga Guada por teléfono mientras cocinaba. Claro, tal cual, tal cual...obvio, nosotras a eso por suerte ya lo tenemos claro...síii, si las habremos vivido ya! El celular apoyado en el hombro para tener las manos libres, mientras revolvía los fideos. Pongo unas salchichas cortaditas en la salsa y se caen dos. Y así, concentradísima charlando, me acerco a la hornalla y trato de agarrar las salchichitas con el tenedor. De repente veo FUEGO en mi pelo!! pero lo que se dice fuego, las llamitas amarillas y azules, en mi pelo. Tiré el teléfono y metí el pelo en la canilla, con un susto...creí que se me iba a propagar en milésimas de segundo y que me tocaba el corte carré.
También yo, pelo hasta la cintura. En una colita de caballo que después me di cuenta, estaba exactamente a un costado. La altura ideal para meter el pelo al fuego.
Ahí nomás agarré el celular, la Guada seguía ahí sin entender qué me había pasado. Nos reímos un rato de mi accidente doméstico y seguimos charlando como si nada...síii, tal cual, por suerte nosotras a eso ya lo tenemos claro...
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